Capítulo 1. Benjamín Salinas Westrup.


Corría sangre aventurera por las venas de Benjamín Salinas Westrup. Su pasado, nos remonta a los primeros pobladores del Valle de Extremadura. Ello no significa que su capital estuviese ligado o relacionado a las tierras colonizadas en su tiempo. Si bien su sangre proviene desde el mismo Diego de Montemayor, su capital se lo debe al arduo trabajo y ejemplos familiares de gran tenacidad; el comercio y la ingeniería siempre estaría relacionada con sus sangres.

 

Para ejemplificar la obra de Benjamín Salinas Westrup, primero debemos de remontarnos al origen natural de las cosas y para llegar a ese punto, debemos explicar su genealogía.

 

Francisco Rocha se casa con Francisca Guevara, del cual nace su hijo Francisco. Francisco se casa con Zenaida Barocio Ondarsa y gestan a 8: Erasto, Orelia, Amalia, Joel, Jovita, Domitila, Elisa, Domitila y Zenaida Rocha Barocio.

 

De esos 8 hijos en esta historia nos ocuparemos solo de Joel y de Elisa. Joel se casaría con Rosa Garza, pareja la cual tiene 10 hijos, Joel, Zenaida, Omar, Humberto, María del Consuelo, Humberto II, Hernán, Octavio, Alejandro y Guillermo. De esta pareja en un futuro solo nos ocuparemos de Joel Rocha Garza.

 

Rafael Barocio García, se casa con María Andrea Ondarza Guerra, los cuales tienen 13 hijos, dentro de los que se encuentra Zenaida y María Francisca Justina. Zenaida como lo mencione en el antepenúltimo párrafo, se casó con Francisco Rocha Guevara. Por lo cual tenemos que, Joel Rocha Barocio, es sobrino de Ma. Francisca Justina Barocio Ondarza.

 

Del otro lado del continente vienen los Westrup. Abraham Westrup se casa con Elizabeth y tienen a 6, dentro de los que se encuentra John. John se casa con Bertha Catherine Andrews y tienen a 14 hijos, dentro de los que se encuentra Thomas Martin Westrup Andrews, así como Alice.

 

Thomas Martin se casa con María Francisca Justina Barocio Ondarza y hacen familia.

 

Rafael Salinas, se casa con Refugio Garza Alanís en Santiago el 25 de abril de 1836, matrimonio del cual salen 5 descendencias, dentro de la que se encuentra Jesús María Salinas Garza.

 

Jesús María Salinas Garza se casa con Alice, la hija de John hijo y Bertha Catherine Andrews, del cual salen 5 descendencias, en la que se encuentra Benjamín Salinas Westrup.

 

Ahora bien, la hija de Francisco Rocha y Zenaida Barocio que responde al nombre de Elisa, se casa con Benjamín, pareja de la cual surge Hugo, Irma, Magdaperla así como Olinda Salinas Rocha. Por lo cual tenemos que, los hijos de Benjamín, vienen siendo sobrinos de Joel Rocha y este, su cuñado.

 

Y por último en esta genealogía que da pie a esta crónica tenemos que, el hijo de Benjamín, Hugo, se casa con Norah Price y tienen a 5, dentro de los que se encuentra Hugo Salinas Price. Hugo hijo se casa con Esther Pliego Muris, pareja que tiene 6 hijos, camada de donde sale Ricardo Benjamín Salinas Pliego.

 

El origen natural de las cosas nos remonta al Hyde Park de 1851. En aquel año en Inglaterra se realizaba la Gran Exposición Internacional de Londres. La Expo era visitada por un mexicano hacendado en San Miguel de Allende, Guanajuato. Aquel tipo respondía al nombre de Vicente Diez de Sollano, el cual quedo sorprendido por el funcionamiento de un molino que en la Expo se mostraba al público. Aquel molino había sido fabricado por John Westrup Andrews. Vicente entablo plática con John quedando formalmente en la fabricación del molino mismo que sería instalado en su Hacienda, por lo cual John inicio la aventura de embarcarse a México en el vapor Thames.

 

El 4 de mayo de 1852 llega a Veracruz el Thames. John Westrup se dirige a Guanajuato junto con Vicente Diez de Sollano, quien posterga la realización del molino por largos 4 años, por lo que le confiesa a John de la falta de capital para tal empresa.

 

Asolado, John y su familia deciden viajar a San Luis Potosí para probar suerte, no sin antes estudiar el terreno su propio hijo, Thomas Westrup. Después de radicar un año en la ciudad, John es contratado para construir el molino en una Hacienda de nombre Gogorron, que pertenecía a una familia de apellido Samaniego.

 

Después de terminar la construcción del molino en la Hacienda Gogorron, radicaron en el Valle de San Francisco, un lugar cercano a Villa de Reyes, lugar donde nacería la pequeña Alice.

 

Los Westrup habían hecho infinidad de relaciones en San Luis Potosí, algunas amargas debido a su religión bautista y algunas muy variadas. De entre esas amistades, Thomas había entablado con una persona que sería de renombre nacional.

 

Partieron rumbo a Monterrey. Por el largo trayecto con sus días y sus noches a bordo de una carreta, la familia viajaba a su suerte. Llegando a Galeana, John se sentía más confiado al estar en Nuevo León; la Republica estaba enfrascada en una guerra y no faltaban los atracos en los caminos reales, aparte del acecho de los nativos rebeldes.

 

El lugar era ideal y lo sigue siendo geográficamente para establecer un punto de control. En las tierras pertenecientes a Galeana se encontraba un retén militar. La carreta de los Westrup es detenida por un oficial, quien ordena a John descender de la misma para que se entrevistase con el Jefe del Destacamento.

 

De su bolsillo en pecho del lado izquierdo, John saco un documento que le mostro al militar superior de esa guarnición. El Capitán lee detenidamente. Catherine teniendo en brazos a la pequeña Alice, mira atentamente al militar estando a la expectativa. La tensión termina, cuando el militar soltó una sonrisa saludando a John. El documento, era una carta escrita por el General Mariano Escobedo, Jefe de la Plaza de San Luis Potosí para el Ejercito Republicano; era aquella amistad que sería de renombre nacional que había hecho Thomas. En la carta, Escobedo especificaba que la familia fuera escoltada a su destino tan pronto se encontrara con fuerzas republicanas, fue así que de región en región, los Westrup fueron escoltados a Monterrey por diversas guarniciones.

 

Aarón Lozano era un niño huérfano que encontró refugio en el hogar de los Westrup Barocio en Monterrey. Un día, conto como fue el reencuentro entre Thomas y Mariano Escobedo.

 

La casa de Thomas Westrup se encontraba entre la estación del ferrocarril y la Alameda. Era la única casita en la zona construida por Thomas, no había nada alrededor. Por lo general, sus amistades avisaban antes de llegar a Monterrey de su arribo, por lo que este se ofrecía acompañarlos por la travesía solitaria que implicaba y la cercanía de su casa. Un día, el pequeño Aarón Lozano se alisto para acompañarlo debido a la insistencia de su esposa María Francisca Justina Barocio. Si bien ante un asalto no podría hacer nada, bien podría avisar de las malas nuevas al hogar. Esa noche Aarón acompaño a Thomas, quien con emoción se dirigió al pequeño.

 

“¿Estás listo Aarón? Esta noche pasa Mariano en el tren, y yo necesito ir a verlo. ¡Hace tantos años que no nos vemos!”

 

El pequeño Aarón no sabía quién era Mariano y no se atrevió a preguntar. Cuando llegaron a la estación era ya muy noche, pero no esperaron mucho para que llegara el tren que venía de la ciudad de México.

 

El tren aún no se paraba en su totalidad, cuando Thomas subió a los vagones. Detrás de el venia el pequeño Aarón intrigado por la identidad del tal Mariano. Aun no se asomaba por la puerta cuando escucho casi al mismo tiempo: “¡Tomas!”, “¡Mariano!”.

 

El pequeño Aarón se asombró que el tal Mariano que abrazaba con el mismo jubilo que lo hacía Thomas, era aquel barbón que tanto veía en los libros de historia y en las cajetillas de cerillos; el General Mariano Escobedo.

 

La pequeña Alice había perdido a su madre Catherine a sus 8 años. 2 años después su padre partiría de negocios a los Estados Unidos y de vez en cuando regresaba. Ya contaba con 23, cuando su cuñado Máximo A. Villarreal, esposo de su hermana Emma, le menciono que tenía dos pretendientes. Jesús María era más recomendado por Máximo, pero quedo de acuerdo con Alice que le mostraría a ambos. Un día, ella los conoció de lejos a través de la ventana de su hogar, término por decidirse por el tipo de ojos de color verde; era el joven Jesús María Salinas. Se había olvidado de que nunca se casaría con un tipo de apellido Salinas.

 

Fueron 3 citas cada 15 días bajo testigos, los que constituyeron el noviazgo de Alice Westrup con Jesús María Salinas. En la última visita, Jesús le entrego a Alice un saco de terciopelo negro lleno de monedas de oro, eso en prenda de su compromiso. El 22 de noviembre de 1883, se casarían.

 

Del matrimonio de Jesús María y Alice, nacerían 5: Benjamín, Enrique, Jesús María, Rosa y Raúl.

 

El origen natural de las cosas del emporio Salinas y Rocha, comienza con Jesús María Salinas Garza. Jesús, se convertiría en el mejor comerciante de telas en el Parían Colon.

 

Si bien el auge algodonero había pasado en la zona, el ramo textil estaba aún entre el comercio local. Jesús María aprovecho la oportunidad que la industria le brindaba, de la sobra de las telas y borra, comenzó a idear su utilización para hacer una fábrica domestica de colchones.

 

De los colchones se expandió en la fabricación de colchonetas y después las caronas. Las caronas, son las cubiertas que cubren los lomos de los caballos para ensillar debidamente al equino. Estas tuvieron tal éxito de venta para Jesús María, que llego a exportarlas hasta San Antonio Texas.

 

A los 14 años su hijo Benjamín Salinas Westrup, comenzó a trabajar en sus talleres, haciéndose de contactos en el ramo y conociendo la maquila.

 

Tras reabrir Vidriera Monterrey en 1909, Jesús María aprovecho la oportunidad y abrió una cristalería.

 

El hijo de Jesús María Salinas Garza, Jesús María Salinas Westrup, se abrió paso en Saltillo abriendo dos empresas, “Nuevos Almacenes de Camas”, así como la “Fabrica de Pastas La Reynera”.

 

Benjamín Salinas Westrup comenzó a fabricar camas, mismas que se vendían en los “Nuevos Almacenes de Camas” de su hermano.

 

Todo iba de maravilla para los Salinas Westrup en Saltillo, Jesús María hijo, mando pedir ayuda, dentro de los que se encontraban las manos de su hermana Rosita y su hermano Raúl.

 

Pronto comenzaría la Revolución encabezada por Francisco I. Madero., por lo cual los planes de los Salinas Westrup en Saltillo se vieron frustrados regresando todos a Monterrey. Benjamín Salinas bromeaba al respecto, decía: “Aparte de los sarapes, la única industria que podría tener Saltillo era la de embotellar aire fresco para vendérselo a los regiomontanos”.

 

Jesús María Salinas Garza se había convertido al protestantismo. Con Alice, tendría su primogénito Benjamín. Benjamín Salinas Westrup bromeaba con su hija Irma Salinas Rocha con respecto al nombre que le puso su padre Jesús María, lo único que sabía al respecto, era que Benjamín era el hijo más pequeño de Jacob, pero en su caso, él era el Benjamín más grande, ya que fue el primogénito.

 

No contenta con su respuesta, Irma le pregunto a su abuela Alice por el origen del nombre de su padre, a lo que Alice, mientras atizaba la leña para hornear pan le contesto:

 

“Benjamín fue el último hijo de Jacob y Raquel, como tú sabes Irmita. Primero, su madre antes de morir, le puso Ben´oni, que quiere decir hijo de mi dolor. Pero su padre lo cambio por el de Benjamín, que significa hijo de mi mano derecha, o sea el del lugar de honor. Además, de todos los hijos de Jacob, fue el su preferido y el único que nació en la tierra prometida”.

 

El hermano de Alice, John, había muerto asesinado en Coahuila. Como protestante, había sido atacado por católicos que no simpatizaban con su religión mientras evangelizaba en la zona. El único hijo de John, Benjamín, había quedado huérfano a la edad de 3 años. El gran cariño que le tenía Alice a su hermano John, también fue causa para que a su primogénito le llamase Benjamín.

 

Cierto día, el pequeño Benjamín amaneció con un ojo empañado. Alice le aplico compresas de agua hervida con sal aminorando con el tiempo la infección, la cual dejaría al pequeño con un ojo desviado de por vida.

 

Rosa, la hermana de Jesús María Salinas, se había convertido en la primera subdirectora de la Escuela Normal de profesoras, anexa a la de Profesores del Estado. En aquel tiempo Miguel F. Martínez era el Director.

 

La educación de Benjamín comenzó en el seno familiar. Al ser el consentido, su tía Rosa influyo al respecto y sin lugar a dudas, su propia madre, que no paraba de hablarle.

 

Para 1901, Rosa ya era subdirectora, secretaria y profesora de pedagogía del primer año. Entre sus colegas se encontraba Pablo Livas, encargado del tercer año y Federico Garza, del segundo. Para cuando Pablo Livas se hizo cargo de la Normal, Rosa se hizo cargo del segundo curso y tercero de pedagogía.

 

Benjamín Salinas Westrup estudio dos años en el Colegio Civil la carrera de Teneduría de Libros. A sus 14 como lo mencione anteriormente, se unió al negocio de su padre. A los 18 comenzó a trabajar para don Jesús M. Montemayor

 

Con don Jesús M. Montemayor trabajo 4 años, en donde controlo contablemente el negocio de peletería. Su patrón acostumbrara comprar terrenos y una costumbre ya habitual de Benjamín, era hacer bromas. Ya agarrando confianza con don Jesús, Benjamín le jugo una. Había puesto un anuncio en frente del negocio que decía: “Se venden casas y terrenos baratos y en abonos”. Don Jesús gustaba de comprar mas no vender. Lejos de molestarse, le agrado la broma ya que el negocio estaba atiborrado de gente que pedía informes al respecto.

 

Llegados de Montemorelos, los Rocha se abocaron para prepararse en el Magisterio. Fortunato Lozano se convertiría en profesor de la Normal; Fortunato, había desposado a Orelia, la hermana de Elisa. El hermano de ambas, Joel, ya tomaba clases en la institución. Por su parte, Elisa se preparaba para ingresar a la misma.

 

Tras el octavo parto de Zenaida, Elisa quedo huérfana de madre; apenas contaba con 3 años. Francisco Rocha intento conquistar a su excuñada Paula, la hermana menor de Zenaida tras su muerte, pero esta lo rechazo. Ese fue el motivo que al no tener más razón de estar en Montemorelos, el, su hija Orelia y Joel Rocha, se mudaron a Monterrey.

 

Francisco Rocha con el apoyo de sus hijos, comenzó a vender aparatos Singer y RCA Víctor.

 

A los 14 años Elisa ingresa a la Normal simulando tener 15. Aun no tenía cuerpo de mujer, por lo que sus hermanas la ayudaron a arreglar ese problema. El 20 de marzo de 1901, cumplía 15 años. Tiempo en que Benjamín le ayudaba a su padre en la tienda de telas.

 

Aida era hija de Thomas Westrup y de María Francisca Justina Barocio, por lo cual era prima de Benjamín Salinas Westrup y de Elisa, por ser esta hija de Zenaida, hermana de Francisca Justina. Un día, Aida le comento a Elisa la afición que tenía por los toros su primo Benjamín.

 

A Elisa no le agradaba que un miembro de la Sociedad de Jóvenes Bautistas a la que asistía ella, tuviese tales pasatiempos no acorde a sus enseñanzas religiosas. Mientras Aida le contaba a detalle los gustos taurinos de Benjamín, no noto el reproche de Elisa que le insinuaba con su bello rostro.

 

- No sigas, me siento mal. Le recrimino Elisa.

 

Aida no paro.

 

- Es que aún no te he contado lo bueno.

 

Al escucharla, Elisa intento de ponerse de pie cuando fue interrumpida por Aida.

 

- Es que además de los toros, a Benjamín le gustas tú.

 

Aquella plática se había dado un martes. El sábado, Elisa escogía su ropa con esmero ya que probablemente vería a Benjamín el domingo, si es que este se presentaba a la Iglesia. Esa noche batallo para conciliar el sueño. Al amanecer, se había declarado enferma; no podría soportar que en caso de que fuera Benjamín y la mirara, ella se ruborizara.

 

Al siguiente domingo se decidió ir a la Iglesia, esta ocasión estreno una falda que ella misma había confeccionado. Se le hizo eterno el camino a Aramberri y Guerrero donde se encontraba la Iglesia, y que aún sigue en pie hasta nuestros días.

 

Ese domingo, Elisa se encontraba nerviosa en medio del servicio religioso. Logro contenerse de voltear hacia la concurrencia para cerciorarse de que estuviese Benjamín. Al terminar el servicio, se dio cuenta que no había asistido.

 

Así, pasaron las semanas. Elisa perdía poco el interés conforme pasaba el tiempo. Lejos había quedado la afición a los toros de Benjamín que ella tanto aborrecía. Cierto día, Aida le entrego una carta la cual había sido redactada por Benjamín. De entrada, le impresiono la bella caligrafía de Benjamín. Esa carta la había marcado.

 

“Elisa: Téngame por el admirador más rendido de su gracia”. Benjamín.

 

Con la formalidad que requería la época a pesar de su emoción al leerla, Elisa reprocho la carta.

 

- No me puedo quedar con ella.

 

- Pero si es para ti. -Le reclamo Aida.

 

- No, si lo ves dile que la leí, pero que no me puedo quedar con ella porque aún no nos han presentado formalmente.

 

- Pues Benjamín dice que un día te saludo y que tú le contestaste con la cabeza.

 

- No me acuerdo.

 

Tras regresar la carta, Benjamín insistió en regresársela, pero esta vez acompañada de una cajita de lámina que contenía en su interior alguna variedad de dulces que fabricaba la Monterrey Candy Company.

 

Elisa en esta ocasión se quedó con la tarjeta y sus dulces, aclarándole a Aida que no había ningún compromiso.

 

Elisa disfrutaba de aquellos dulces mientras le llegaban más cartas que nunca respondió. Sus reuniones en la Iglesia siempre fueron de tensión al sentir la mirada, la cual nunca localizo. Así pasaba mientras caminaba por las calles, pero nunca lo ubico.

 

Fue un domingo en la Iglesia cuando el primer encuentro se dio. Sintió aquella mirada y esperando no encontrar a nadie volteo, cuál fue su sorpresa que se encontró con aquellos ojos azules de Benjamín, que le sonreía. Al termino del servicio caminando hacia la salida se volvieron a topar aquellas miradas; esta vez Elisa le respondió con una sonrisa tenue.

 

Comenzaría la temporada de ópera en el Teatro Juárez. Toda la familia Rocha asistiría a la inauguración, a excepción de Amalia que se encontraba en Saltillo. En el intermedio Jovita, Tila y Elisa fueron al lugar donde se encontraba Aida, Bertha y Benjamín. Ahí, fueron presentados formalmente por Aida.

 

A partir de ese entonces los mensajes entre ambos fueron constantes. Para ese entonces Benjamín era despachado constantemente a Texas, diligencias que lo obligaba su trabajo con don Jesús M. Montemayor. Elisa desespero porque la ausencia de Benjamín era muy recurrente.

 

El reverendo Thomas Westrup haría una reunión en su casa para exponer unos proyectos que tenía en mente. A la reunión fueron invitados los Rocha. La casa del reverendo se encontraba en Serafín Peña.

 

Después de la exposición del tema que quería comentar el reverendo, se ofreció una comida donde después de esta todos los presentes se desbalagaron por la propiedad.

 

En el patio, se encontraba un sabino donde colgaba un par de columpios. Para platicar más a gusto, Bertha y Elisa se dirigieron a ellos a mecerse. En un intermedio en la charla, Bertha le menciono a Elisa que iría por unas aguas frescas.

 

Sola mientras se columpiaba, de pronto salto un hombre del columpio de al lado quedando enfrente de ella. Se trataba de Benjamín. Elisa se sorprendió en primera porque no esperaba encontrárselo en el lugar, debido a que ninguno de sus familiares había asistido. Callada y sorprendida, Benjamín la encaro.

 

- Usted ha sido injusta conmigo.

 

- No, no creo. – Le contesto Elisa.

 

- Si, mire, mientras que yo le he escrito 26 tarjetas postales, usted solo me ha escrito una.

 

Elisa miraba alrededor para cerciorarse que viniese lo más pronto posible su prima Bertha. Fue en ese momento en el que se percató que los asistentes los observan a lo lejos.

 

- Es que estoy acostumbrada a tratar con mis compañeras y mis profesores, pero no con jóvenes como usted.

 

- ¿Así que a las maestras no les enseñan eso? Pues la verdad es que a mí tampoco nadie me ha enseñado, pero ya ve, aquí estamos los dos aprendiendo.

 

No habían pasado 15 días de aquella plática del columpio, cuando la sangre cegó la ciudad. Bernardo Reyes buscaba la reelección. La ciudad estaba dividida entre quien lo apoyaba y los que no. El 2 de abril de 1903 se realizaba una manifestación contra las aspiraciones de Reyes, cuando por órdenes de este, se abrió fuego a la concurrencia. Era el primer movimiento estudiantil.

 

Al respecto existen varias versiones. La de Reyes menciona que alrededor de las 10 de la mañana de ese día, 2 de abril, atendió una manifestación ordenada de alrededor de 2500 manifestantes. Cuando estos se retiraron, en las cercanías de la Plaza Zaragoza, refiere Reyes, los manifestantes algunos ebrios y otros con pistola en mano, insultaron a los policías y mataron a dos de ellos, además de dos civiles y dos heridos.

 

Otra versión menciona que partidarios de Reyes se reunió frente a su casa y un grupo de estudiantes en la Alameda. El grupo de estudiantes se dirigió a la Plaza Zaragoza y en el lugar se toparon a los seguidores de Bernardo Reyes, además de agentes de la policía. Se escuchó un disparo y el desorden envolvió a ambos grupos, disparándose incluso desde la azotea y los balcones de la plaza. Se supone en el evento murieron 8 y fueron alrededor de 70 heridos.

 

Una versión más refiere que es la manifestación fue disuelta por Bernardo Reyes colocando tiradores en los altos del Palacio Municipal.

 

En cualquier caso, el Senado de la Republica reconoció la barbarie en 1987 al publicar el libro 6 de la serie: “Planes de la Nación Mexicana”.

 

Joel Rocha termino graduándose de la Normal y por su aula paso el hijo de Bernardo Reyes, el que se convertiría en el regiomontano universal, Alfonso Reyes. Precisamente, tanto Alfonso Reyes como el amigo de Thomas, Mariano Escobedo, terminaron sus restos donde mismo, en la Rotonda de las Personas Ilustres.

 

Benjamín por su parte tenía planes de independizarse por lo que se lo hizo saber a don Jesús M. Montemayor. Su patrón estaba muy satisfecho con su trabajo, por lo que le recomendó quedarse y pagarle más. Benjamín ya tenía estudiado su independencia, y a sabiendas don Jesús que ganaría menos que siendo su empleado, se ofreció ser socio, a lo que Benjamín se negó.

 

Elisa y Benjamín fijaron la boda para el 17 de febrero de 1906. La boda fue sencilla y la luna de miel aún más. Resulto en un paseo por la ciudad terminando en el domicilio de los Salinas Rocha; Lerdo de Tejada 329 (hoy Escobedo)

 

A unos pasos se encontraba la casa del suegro de Benjamín, Francisco Rocha. Los papas de Benjamín, Alice y Jesús María, se encontraba a no más de una cuadra del lugar.

 

Benjamín Salinas Westrup comenzó como lo había hecho Isaac Garza, en el comercio. Se dedicaba a comprarle productos a su padre, su suegro y diversas importadoras, y los productos los vendía en Saltillo o Linares.

 

Pronto rento un terreno donde comenzó a fabricar una nave. Por su almacenamiento al lugar le llamo “el corralón”.

 

Un día, su padre Jesús María, compro una cama en Laredo Texas. La cama era importada de Europa. Benjamín fue a recogerla a la estación del Golfo en compañía de su amigo José Treviño. Pronto a casarse José, termino comprándole la cama.

 

Aarón Lozano, (al parecer el niño adoptado por el matrimonio Westrup Barocio) termino siendo yerno de Francisco Rocha, esposo de Zenaida, la hermana de Justina Barocio de Westrup.

 

Aarón también se interesó por una cama, por lo que Joel Rocha su cuñado, contrato a un herrero para que le hiciera una réplica.

 

Benjamín al ver la obra, le menciono convencido.

 

- No estaría mal que las fabricáramos en serie.

 

Joel quedo en que lo pensaría. Fue ese momento que la firma Salinas y Rocha comenzó a tomar forma. Sería el comienzo de la gran cadena mueblera y departamental regiomontana, y que desencadenaría por el destino, en el Grupo Salinas de Ricardo Benjamín Salinas Pliego.

 

CEO Crónicas. Vida y obra de los grandes capitanes de la industria regiomontana.

Capítulo 1. Benjamín Salinas Westrup.

 

Fin de primera parte.

 

 

Basado en el libro “Mi Padre”, de Doña Irma Salinas Rocha.