Capítulo 5. Eugenio Garza Sada. Sexta parte. La separación.


oficial que sería el intento de secuestro. Existen indicios que muestran que fue un atentado directo para provocarle la muerte pero según los interrogatorios, puede que no haya sucedido de tal manera.

El ir y venir de información lejos de abrirnos la mente del posible autor intelectual, nos confunde incluso hasta en el tipo de armamento que se utilizó. Las declaraciones y modo de actuar e incluso negociaciones empresariales, nos abren la posibilidad de señalar a muchos autores, pero sin la fuerza suficiente para enfocarnos en el personaje o en el móvil.

El siguiente análisis, es una compilación de todos los factores que pudieron influir en el secuestro-asesinato de Don Eugenio Garza Sada, llegando a la conclusión, que el magnicidio es de gran relevancia por el impacto social y político que tendría para la nación y en especial la sociedad regiomontana, que pienso que el grupo guerrillero actuó por su cuenta y que, a la postre, el enojo social y los múltiples negocios de Don Eugenio, llevaron por diferentes rumbos el posible móvil del asesinato lo cual nos tiene tan confundidos hasta nuestros días.

Para entrar de lleno a este análisis, planteare los diversas teorías del móvil o autor intelectual del secuestro–asesinato de Don Eugenio Garza Sada. Los enumerare para referencia posterior en caso de que me refiera a ellos en otro móvil.

1.- Conspiración familiar.

Roberto Garza Sada y Roberto G. Sada son nombrados como posibles artífices del asesinato de Don Eugenio Garza Sada por Irma Salinas Rocha.

Si bien la publicación de Nostro Grupo es una represalia por haber sido objeto de despojo, Doña Irma metió un tema tan delicado como el de Don Eugenio embarcando a la familia de su hermano Roberto Garza Sada y de su propio suegro Roberto G. Sada.

En su publicación lo da a entender en una supuesta frase que uno le dijo a otro. Aquí el texto íntegro.

“Sí, dos Robertos sostienen pláticas. Don Roberto Garza Sada del grupo Cervecería-Acero y Don Roberto G. Sada, del grupo del vidrio. Estiman que Don Eugenio está ya demasiado viejo y que su acción no resulta a estas alturas práctica para los intereses del grupo. Ya no sirve. Cierto símil con los métodos de la mafia. Algo así como el beso en la mejilla que suele darse al sentenciado.

-Tal vez habrá que hacer lo mismo que hiciste hace años con tu hermano- dice un Roberto a otro.

-No sé a qué te refieres...

Pero naturalmente sí sabe. No pueden resignarse a sacrificar a HYLSA. Quedarían miles de desocupados, miles de familias empezarían a carecer de pan, se alteraría toda la economía del estado. El desmantelamiento repercutiría hondamente en la ORGANIZACIÓN entera, en el comercio, en la banca. La pérdida de familiares puede ser sumamente dolorosa. Pero hay intereses que superan al individuo. Hay decisiones que, por duras que parezcan, pueden significar la salvación de miles de gentes. Preciso es meditar, concluir, planificar... Dos Robertos, primos hermanos, uno de 74 años, el otro de 81, pasan por una crisis y otra. Cavilan. Se echan atrás. Finalmente deciden...”

Doña Irma refiere a que ambos Robertos deciden tal acción una, porque Don Eugenio según ellos está un tanto senil y además, si apoya la causa de Echeverría con respecto a las Truchas sacrificaría HYLSA a mediano y largo plazo.

En el mismo libro de Nostro Grupo, Doña Irma afirma que Don Eugenio recurrió a diversas acciones para complotar de que Las Truchas fracasara por medio de los ingenieros que le presto a Echeverría.

Con esto y con lo señalado en el párrafo penúltimo, tenemos que si existía una relación muy estrecha entre Echeverría y Don Eugenio, pero que independientemente de esa amistad, Don Eugenio miraba en pro de HYLSA, lo cual contradice en el mismo texto a Doña Irma de que los Robertos pensaban que Don Eugenio estaba perdiendo piso.

Ahora bien como lo mencione anteriormente, si bien entre los hermanos Garza Sada existía una destacada diferencia de personalidad, nunca se les vio discutir en público y los negocios eran compartidos en sus capitanías para contrarrestar posibles asuntos que uno u otro no hubiese percibido mientras gestionaba.

Diferencias entre ambos hermanos tal parece indicar nunca hubo.

Previendo el retiro de ambos, Manuel Gómez Morín insistió en diseñar una estrategia que sentará las bases para asegurar el futuro del emporio.

Ambos personajes creían que sus respectivos hijos eran capaces de liderar el grupo. Por el lado de Don Eugenio estaba Eugenio Garza Lagüera, y por el lado de Roberto se encontraba Bernardo Garza Sada.

Es en mayo de 1969, cuando ambos hermanos anuncian su retiro; 4 años antes de la muerte de Don Eugenio.

Tanto uno como otro, comenzaron a planificar su salida. Crearon un pequeño comité para que analizara quien pudiese ser el digno sucesor del Grupo Monterrey. Aquel comité estaba integrado por Jesús Llaguno, Virgilio Garza Jr., así como el eterno asesor de la familia, Don Manuel Gómez Morín.

Por otro lado también crearon una encuesta entre los altos ejecutivos de todas y cada una de las empresas que conformaba el Grupo Monterrey en toda la república.

El comité decidió que la persona idónea para tomar el liderazgo del Grupo Monterrey era Bernardo Garza Sada. La encuesta de los ejecutivos discrepaba enormemente con el interés de los hermanos Garza Sada, ya que los ejecutivos pensaban que era mejor dejar en manos de una administración profesional al grupo.

La anterior decisión tanto del comité como de la encuesta, no le agradaba para nada a Don Eugenio Garza Sada.

Tras el anuncio del retiro de ambos hermanos, el Consejo de Administración de VISA propuso que Eugenio Garza Lagüera fuese el Presidente del Consejo y que Bernardo Garza Sada fuese el Director General.

Gómez Morín apoyaba el esquema que había propuesto el Consejo de Administración con respecto a la colocación de los hijos uno como Presidente del Consejo, y otro como Director General.

Reprendiendo un tanto la recomendación de Gómez Morín del 24 de julio del 69, Don Eugenio le escribe el 5 de septiembre del 69.

“Figúrese usted si existiera la falla, como podrían explicarse los éxitos de las ramas que usted conoce del grupo, más otros casos paralelos como el Tecnológico de Monterrey, el de Mexicali, las 6 fábricas del grupo Orión (sanitarios de fierro esmaltado, sanitarios de porcelana, válvulas de bronce, plásticos relacionados con el ramo sanitario, azulejo y fierro industrial). La verdad es que después de medio siglo de dedicación a este ramo me dan ganas de darle algunas recomendaciones de como obrar en ramos relacionados con las leyes y similares.”

Después del anuncio del retiro y posterior decisión del Consejo de Administración que determino el esquema de colocar a los dos primos Eugenio y Bernardo en puestos clave, los hermanos Garza Sada comenzaron a hacer planes para la separación.

Don Eugenio comenzó a adquirir paquetes accionarios de Cervecería ya que quería para él y su familia al grupo cervecero. Por el otro lado, Roberto Garza Sada comenzó a adquirir paquetes en HYLSA.

Es de esa manera en la que se desarrollaron los planes de la separación del Grupo Monterrey. Incluso, Don Eugenio creo el holding llamado URSA, para que por medio de ella se hiciera el control de las empresas que quedarían bajo su mando o de sus hijos.

Después del 69, tanto Eugenio Garza Lagüera como Bernardo Garza Sada no se ponían de acuerdo en muchos temas generales del emporio. La fórmula que el Consejo de Administración había propuesto no estaba funcionando; quizás por personalidad, conocimientos o avaricia, eso solo la familia podría señalarlo. Lo cierto es, que la separación viene posterior a la muerte de Don Eugenio.

 

Ya desde el 7 de abril de 1967, Bernardo Garza Sada había creado Corporación Siderúrgica, S.A., que tras la separación del Grupo Monterrey en 1974, -sin litigios y en común acuerdo con Eugenio Garza Lagüera-, le cambia de nombre a Corporación Siderúrgica el 30 de julio de ese mismo año, llamándolo Grupo Industrial Alfa, S.A.