Capítulo 5. Eugenio Garza Sada. Ultima parte. El crecimiento.


El crecimiento de las empresas modernas va íntimamente ligado a colocación de paquetes accionarios en la bolsa, o en el endeudamiento de los dueños de la misma.

En los años 20 la situación no era nada similar. La política de Don Isaac Garza sobre el ahorro llevo a la publicación de la revista interna llamada “Trabajo y Ahorro”, donde varios directivos escribían recomendaciones sobre el ahorro y se anunciaba por medio de la misma, los logros de la empresa además de los diversos programas sociales que ofrecía.

En 1922 la empresa les ofreció a los trabajadores que fueran parte de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa la posibilidad de adquirir casa propia en abonos. Para 1923 la revista “Trabajo y Ahorro” comenzó a publicar las fotos de las casas que algunos asociados pudieron comprar con los mismos.

El 16 de abril de 1928 en la asamblea de accionistas, José F. Muguerza propuso la creación de una colonia para los empleados y trabajadores en los terrenos que se le compraron a Viviano L. Villarreal el pasado 3 de febrero de 1926. Lo que había propuesto Muguerza había sido idea original de Virgilio Garza Jr., lo cual dio inicio al proyecto de la colonia Cuauhtémoc.

En aquel entonces Eugenio Garza Sada era subgerente de Cervecería Cuauhtémoc; estamos hablando de 1928.

Eugenio Garza Sada comenzó a trabajar en Cervecería en 1917. Ya desde 1910 Cervecería Cuauhtémoc estaba a la altura de la Cervecería Moctezuma, Cervecería Toluca y México, Cervecería Chihuahua y Cervecería Sonora.

La mentalidad de “trabajo y ahorro” de Don Isaac la entendió de manera magistral Eugenio Garza Sada. Esa fue la clave de la expansión al tener capital suficiente para expandirse sin tener problemas crediticios u operacionales.

Para distribuir sus productos en la ciudad de México, se encontraban en desventaja ante la competencia de Cervecería Toluca y México y la Cervecería Moctezuma que se encontraban a menos distancia de la capital.

Debido a ello se formó un centro de distribución la cual se llamó Compañía Comercial Distribuidora S.A., la cual era manejada por Enrique Sada Muguerza, tío de Eugenio.

Enrique Sada era también el representante de Cervecería Cuauhtémoc ante la Asociación Nacional de Fabricantes de Cerveza, misma que se fundó en 1922 y donde Manuel Gómez Morín fungió como asesor.

El origen natural de la expansión de Cervecería Cuauhtémoc se remonta a Don Braulio Iriarte y a Don Martin Oyamburu. El primero era dueño de panaderías y del Molino Euzkaro. El segundo fue el fundador de la Hulera Euzkadi, Banco Español de Crédito y de campos petroleros en Veracruz.

Ambos personajes fundaron Cervecería Modelo en la capital de la Republica bajando sus costos de producción sustancialmente lo cual repercutió en el precio al destinatario final; aunado también en los bajos costos de distribución por encontrarse en la capital.

Aquello provoco que las cerveceras de menor tamaño mostraran números negativos, por lo que la Cervecería Central, S.A., la cual se ubicaba en lo que ahora se conoce como Santa María la Ribera, se ofertara.

Jorge Kahle y Louis T. Meyer, accionistas de la Cervecería Central ofrecieron sus acciones a la Cuauhtémoc. Tanto Enrique Sada Muguerza como Eugenio analizaron la propuesta pero la rechazaron. Cambiaron de opinión al ver que las autoridades del Distrito Federal realizaron una campaña en contra del consumo del pulque, lo cual incremento la venta de cerveza considerablemente.

Para la compra se desembolsó 208 mil pesos. Luis G. Sada quien era superintendente en Cuauhtémoc, se dirigió a la ciudad de México para analizar las condiciones de la Cervecería Central.

El primero de septiembre de 1928 se formó el nuevo consejo de administración de Cervecería Central el cual estaba integrado de la siguiente manera:

José F. Muguerza. Presidente.
Eugenio Garza Sada. Secretario.
Roberto Garza Sada. Tesorero.
Luis g. Sada. Primer Vocal.
Antonio Muguerza. Segundo Vocal.
Enrique Sada Muguerza. Comisario Propietario.
Jesús Sada Muguerza. Comisario Suplente.

Isaac Garza y su hijo Eugenio Garza Sada a finales del 28, analizaron las condiciones operacionales de la Cervecería Central planteándole al Consejo de Administración que se debía hacer una fuerte inversión para cubrir la necesidad de abastecimiento. Se ampliaron las bodegas, se arregló la tonelería y se amplió el área de cocimientos.

A finales de 1930 Cervecería Central ya cubría el 35% del volumen total de ventas de la capital de la república.

La Central solo abastecía cerveza de barril, estando en desventaja la embotellada que era traída desde Monterrey. Eugenio Garza Sada solicito implementar la fábrica de cerveza embotellada siendo autorizada la decisión en febrero de 1931 por el Consejo de Administración. Fue de esa manera que surgió la cerveza “Don Quijote”.

Eugenio Garza Sada hizo una gran labor en materia de ventas en la Cervecería Cuauhtémoc. A las diferentes regiones del país se transportaba la cerveza en camiones en los 40s. Antes habían adquirido locomotoras y vagones para tal finalidad.

La competencia feroz de Cervecería Modelo llevo vía el asesoramiento de Gómez Morín, a Francisco G. Sada y a Isaac Garza ver la posibilidad de adquirir a la Modelo.

Si bien se iniciaron las pláticas, la gran depresión imposibilito la maniobra.

Se vio una oportunidad en Nogales, población cercana a Orizaba Veracruz, ciudad de la Moctezuma. En ese poblado se encontraba una cervecería con problemas laborales lo cual representaba cierto riesgo.

Si bien no se compró la Cervecería Nogales, llego un acuerdo Eugenio Garza Sada y su hermano Roberto para que la Nogales produjera las marcas de la Cervecería Cuauhtémoc y así penetrar en el mercado de la zona.

Aunado a esa estrategia, los Garza Sada pensaron en adquirir la Moctezuma pero a pesar de las diferentes estrategias y acercamientos nunca se dio. Aquello sucedía entre 1934 y 1935.

Para abastecer el Bajío, Cervecería Central se avoco a fabricar la cerveza Monterrey, Indio, además de la propia Quijote, pero el abasto no era suficiente por lo que Monterrey nunca dejo de surtir en la zona.

Occidente fue analizado por Eugenio y Luis G. Sada, donde firmaron una alianza con Cervecería Occidental similar a la realizada con la Cervecería Nogales.

Para lo anterior, Cervecería Cuauhtémoc constituyo Cervecería del Oeste para vigilar la producción y distribución de la cerveza producida por la Occidental.

Para ese entonces sus marcas estaban posicionadas en Orizaba, Jalapa, Veracruz, Puebla, Guadalajara, ciudad de México, Querétaro, Guanajuato y su matriz en Monterrey.

Ya Cervecería comenzaba a exportar sus productos a Honduras aprovechando el hueco que había dejado la Ley Seca de los Estados Unidos.

Previendo que se levantara la prohibición, Cervecería Cuauhtémoc exporto a los Estados Unidos gran cantidad de cerveza mientras que las cerveceras que habían cancelado operaciones comenzaran a tomar fuerza. Posteriormente el gobierno de los Estados Unidos aumento los aranceles perdiendo fuerza los productos de la Cuauhtémoc.

A la llegada de la Segunda Guerra Mundial los aranceles disminuyeron debido al tratado comercial entre Roosevelt y Ávila Camacho celebrado en Monterrey. 
Al término de la misma volvieron los aranceles y las exportaciones disminuyeron teniendo como desventaja el alto costo en el transporte.

Sin más se le dio una oportunidad a la Cuauhtémoc de adquirir una cervecería en la ciudad de Tecate Baja California la cual no desaprovecho Don Eugenio. Aquella cervecería les costó 52.5 millones de pesos e incluía Compañía Manufacturera de Malta S.A., respondiendo su propietaria a Compañía Cervecera de Tecate.

De esta manera Don Eugenio aminoro los costos de traslado a California Estados Unidos desde Monterrey, al ser producidos los productos de la Cuauhtémoc en la población de Tecate.

Los asuntos administrativos se estaban complicando por lo que se reestructuro todos los activos del grupo, quedando todas las cervecerías bajo el nombre de Cervecería Cuauhtémoc, S.A., formalizándose dicha medida en 1952

Con la reestructuración mucha gente se quedaría sin trabajo, en especial la administrativa. Alejandro Garza Lagüera le señalo ese detalle a su padre, refutándole este tajantemente: “Tu dirás que no sirven ahorita, pero es gente que estuvo en la empresa diez o más años. ¿En 10 años nadie se dio cuenta que no eran útiles? Cuando un empleado no es adecuado para la empresa, uno se da cuenta en el primer año, no después de más de una década de labores”.

Don Eugenio hizo énfasis en que nadie del personal que estaba “sobrando” se sintiera ofendido; algunos se reajustaron y otros fueron jubilados, algunos quedaron como consejeros. Si bien había disgusto, nadie se sintió ofendido como lo había ordenado Don Eugenio.

A la compra de Tecate le siguió Cervecería Humaya de Culiacán en 1958, después la Cervecería Sonora en 1960. Además, se participó en la Cervecera Cruz Blanca y la Cervecería Sabinas. Para 1969 comenzó a operar la nueva planta en la ciudad de Toluca.

Existía un problema con la calidad de la cerveza originado no por la fabricación, sino por el almacenamiento. Cada una de las cervecerías producía los productos de la Cuauhtémoc pero al paladar su sabor era distinto. Los clientes comenzaron a notar que la cerveza de la Cuauhtémoc en Monterrey sabía mejor, al grado que los centros de distribución tuvieron que colocarle placas de Nuevo León a sus camiones para que los clientes pensaran que venía de Monterrey.

Como lo mencione el problema era de distribución, ya que en los centros se almacenaba hasta por 90 días. La situación era que los centros de distribución pedían una cantidad determinada y salía el producto de sus bodegas dependiendo de la solicitud del cliente final.

Debido a sus amistades en Missouri entre los que se encontraban los Griesedieck, accionistas de la Falstaff, así como directivos de la Anheuser-Busch, determino el proceder para implementar el sistema de distribución ejercido por ambas compañías.

Las cerveceras de sus amistades en los Estados Unidos comenzaron a implementar el sistema de Investigación de Operaciones.

El origen natural de las cosas nos remonta a la Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial. Un grupo de científicos diseñaron un esquema de cuantificación para el apoyo en la toma de decisiones. La finalidad era tener una mejor utilización de los materiales bélicos. Los científicos al estar investigando operaciones militares, dieron con ese esquema al cual llamaron “Investigación de Operaciones”. El modelo tuvo excelente éxito para la organización del desembarco en Normandía.

La Anheuser-Busch contrato a Eli Schleifer quien era investigador de la Universidad de Haifa en Israel, quien les desarrollo el modelo de distribución basado en la Investigación de Operaciones. Al darse cuenta Eugenio Garza Sada el modelo de las cerveceras de St. Louis, contrato a Schleifer para que lo asesorara en la implementación del modelo en la Cervecería Cuauhtémoc. El resultado fue disminuir de 90 días de almacenamiento a 15 días, conservando la cerveza el sabor homogéneo en todas las cervecerías de la Cuauhtémoc en la Republica.

La innovación, reestructuración e incluso la invención es una constante en Grupo Monterrey. Cuando se vieron en la necesidad de contar con empaque lo crearon, cuando falto acero para las corcholatas lo crearon, cuando falto financiamiento lo crearon, y cuando falto gas, químicos y electricidad también lo crearon.

La Compañía de Tranvías, Luz y Fuerza Motriz de Monterrey, la cual era filial de la Montreal Engineering tuvo un desperfecto en 1943. Aquello hizo que faltara la energía por dos largas horas en la ciudad, por lo que el Grupo Monterrey tomo la decisión de fabricar su propia planta generadora.

La Compañía de Tranvías Luz y Fuerza producía 16 mega watts proponiéndose los empresarios generar inicialmente 17 que en aquellos años era el 1.9% de la producción nacional.

Para la operación de la planta Don Eugenio conto con la colaboración de James Martin L. Mackay, padre de Patrick W. Mackay quien formulo el procedimiento del fierro esponja a principios de los 80s. James había trabajado para la Montreal Engineering y era muy amigo de Don Eugenio y cercano a Manuel Gómez Morín. Con su asesoría, se formó la Planta Eléctrica Grupo Industrial (PEGI), la cual surtió energía a Grupo Cervecería Cuauhtémoc, CEMEX, Unión Carbide Mexicana, Grupo Vidriera Monterrey, Celulosa y Derivados, Fibras Químicas, Troqueles y Esmaltes, Talleres Industriales, Agua Industrial de Monterrey, Fabricas Orión, así como a Keramos, S.A.

Eugenio Garza Sada se retiró de Grupo Monterrey, donde controlo todas estas empresas en su mayoría con su hermano Roberto; muchas fueron desarrolladas de la nada.

Cervecería Cuauhtémoc.
Grupo Orión.
Cervecería Central.
Cervecería Nogales.
Cervecería del Oeste.
Cervecería del Humaya.
Cervecería Tecate.
Cervecería Sonora.
Cervecería de Guadalajara.
Carta Blanca de Tegucigalpa.
Carta Blanca de Sula.
Malta.
Grafo Regia.
Productores de Lúpulo.
Servicios Industriales y Comerciales.
Compañía Comercial Distribuidora
Compañía Inmobiliaria de Tecate.
Fomento Comercial.
Avícola Comercial Azteca.
Titán.
Empaques y Cartón Corrugado.
Empaques Industriales de Guadalajara.
HYLSA
Fierro Esponja
Aceros Alfa Monterrey.
Aceros de México.
Compañía Minera Las Encinas.
Compañía Carbonífera de Río Escondido.
Talleres Universales
Famosa.
Técnica Industrial.
Previsión Social Grupo Industrial.
Campos Deportivos.
Sociedad Cuauhtémoc y Famosa
Compañía General de Aceptaciones.
Almacenes y Silos.
Televisión Independiente de México.
Televisión del Norte.
Televisión del Golfo.
Televisión de Puebla.
Fomento de Televisión Nacional.
VISA
Empresas Industriales.
Inversora Industrial.
Industrias Monterrey.
Fomento Industria y Comercio.
Inversiones Bursátiles.
Y varias decenas de empresas más.

Hemos hecho todo un recorrido por la vida de Don Eugenio Garza Sada. El crecimiento de Grupo Monterrey se debe a las alianzas familiares y coordinación de todas las áreas de trabajo de las empresas que lo conforman. Como lo menciono en una entrevista, su mayor reto para llevar el emporio no fue su administración, falta de insumos, creación de nuevas industrias o innovación, lo difícil era la selección de directivos, donde se establecía el seguro crecimiento de las empresas.

El desarrollo de nuevas tecnologías (Proceso HYL) y de nuevas mentes (ITESM), ayudo en gran medida el crecimiento basado siempre en el personal.

A su retiro se dio cuenta que la SCyF estaba organizando eventos para los ejecutivos y sus familias, aislando al resto de la fuerza laboral.

Debido a esa situación mando colocar cuadros donde señalaba la manera correcta de dirigirse al personal y contar con integridad moral, sumando un total de 17 puntos. A esas recomendaciones se le conoció como el Ideario Eugenio Garza Sada.

1. Reconocer el mérito de los demás.

Por la parte que hayan tomado en el éxito de la Empresa y señalarlo de manera espontánea, pronta y pública. Usurpar ese crédito, atribuirse a sí mismo méritos que corresponden a quienes trabajan a las órdenes propias, sería un acto innoble, segaría una fuente de afecto e incapacitaría para comportarse como corresponde a un ejecutivo.

2. Controlar el temperamento.

Debe tenerse capacidad para dirimir pacífica y razonablemente cualquier problema o situación, por irritantes que sean las provocaciones que haya que tolerar. Quien sea incapaz de dominar sus propios impulsos y expresiones, no puede actuar como director de una empresa. El verdadero ejecutivo abdica el derecho a la ira.

3. Nunca hacer burla.

De nadie ni de nada. Evitar las bromas hirientes o de doble sentido. Tener en cuenta que la herida que asesta un sarcasmo, nunca cicatriza.

4. Ser cortes.

No protocolario, pero sí atento a que los demás encuentren gratos los momentos de la propia compañía.

5. Ser tolerante.

De las diversidades que puedan encontrarse en la raza, color, modales, educación o idiosincrasia de los demás.

6. Ser puntual.

Quien no puede guardar sus citas, muy pronto se constituirá en un estorbo.

7. Si uno es vanidoso, hay que ocultarlo.

Como el secreto más íntimo. Un ejecutivo no puede exhibir arrogancia ni autocomplacencia. Cuántas veces los fracasos de hombres bien conocidos confirman el adagio de “el orgullo antecede a la caída”. Cuando uno empiece a decir que otros empleados son torpes, o que los clientes son mezquinos o necios, habrá empezado a meterse en embrollos.

8. No alterar la verdad.

Lo que uno afirme, debe hacerlo reflexionando; y lo que prometa, debe cumplirlo. Las verdades a medias pueden ocultar errores, pero por poco tiempo. La mentira opera como un bumerang.

9. Dejar que los demás se explayen.

Especialmente los colaboradores, hasta que lleguen al verdadero fondo del problema, aunque tenga que escuchárseles con paciencia durante una hora. Haría uno un pobre papel como director, si dominara una conversación en vez de limitarse a encauzarla.

10. Expresarse concisamente.

Con claridad y completamente, sobre todo al dar instrucciones, Nunca estorba un buen diccionario a mano.

11. Depurar el vocabulario.

Eliminar las interjecciones. Las voces vulgares y los giros familiares debilitan la expresión y crean malentendidos. Para demoler verbalmente a sus enemigos, los grandes parlamentarios nunca emplearon una sola expresión vulgar.

12. Asegurarse de disfrutar el trabajo.

Es muy legítimo tener pasatiempos predilectos e intereses en otras cosas, pero si se estima como un sacrificio venir al trabajo, entonces lo que se necesita es un descanso y otra compañía en donde laborar.

13. Reconocer el enorme valor del trabajador manual.

Cuya productividad hace posible la posición directiva y afirma el futuro de ambos.

14. Pensar en el interés del negocio más que en el propio.

Es buena táctica. La fidelidad a la empresa promueve el propio beneficio.

15. Análisis por encima de la inspiración o de la intuición.

Este debe ser el antecedente para actuar.

16. La dedicación al trabajo.

Beneficia al individuo, a la empresa y a la sociedad entera. En esto se asemeja a un sacerdocio.

17. Ser modesto.

Si no se comprende que nada tienen que ver con el valor de la persona -el tamaño del automóvil o de la casa, o el número de amigos y de los clubes a que se pertenece, o los lujos y el rótulo de la puerta del despacho- y si estas cosas significan para uno más que la tarea bien y calladamente cumplida y los conocimientos y el refinamiento espiritual para adquirirlos, entonces se precisa un cambio de actitud o de trabajo.

Nunca en la historia de Monterrey, ha habido un personaje que haya unido a tantos de tan diferentes corrientes sociales, intelectuales, industriales y financieras. Con Don Eugenio a la cabeza de Grupo Monterrey, comenzó la transición política pacífica y tras su muerte, la decadencia misma en esa materia en el país.

Más de 150 mil personas fueron a despedirlo. Nunca en la historia un pueblo le había mentado la madre en su cara a un Presidente como aquel día a Echeverría. Eran los comienzos de la voz del México de hoy.

Muchas generaciones vendrán y su recuerdo perdurara, como el gran líder en que se convirtió aquel joven que llegando de Massachusetts en aquel tren, nunca pensó que su padre lo colocaría en el área de las ventas y la publicidad; la escuela que lo llevo de la mano al crecimiento del emporio.

Su cobranza en Tamaulipas, su estadía en la ciudad de México siempre en recuerdo o compañía de su amada Consuelo.

Aquella mañana mientras era perseguido por el perro en domicilio de su padre, su “Nena” fue tajante: ¿O te casas conmigo o te suelto el perro?

Son muchas las memorias de Don Eugenio, mucho que contar… todo el crecimiento de una ciudad.

In memoriam.

Eugenio Garza Sada.
11 de enero de 1892 – 17 de septiembre de 1973.

CEO Crónicas. Vida y obra de los grandes capitanes de la industria regiomontana. Eugenio Garza Sada.

Para esta CEO Crónica se usó de referencia entre otros, los siguientes materiales y organismos.

Don Eugenio Garza Sada. Ideas, Acción y Legado. Gabriela Recio Cavazos. Font. Centro CIEN.
El Grupo Monterrey. Abraham Nuncio. Nueva Imagen.
Nadie Supo Nada. Jorge Fernández Menéndez. Grijalbo.
Centro EGS.
Centro Manuel Gómez Morín.
ITESM.
Don Isaac Garza. Edgardo Reyes Salcido. Fondo Editorial de N.L.

 

Crónicas de un Regio. Agosto 2017.