Cuando hablamos de Monterrey, nuestra alma se llena de orgullo. Es un sentimiento natural muy común en el norte del país, donde el orgullo del terruño más inhóspito en el desierto, despierta añoranza. Quizás ese orgullo natural de los norestenses, radica en la “libertad” que alguna vez la tierra les proporciono. Siempre acechados por los nativos, la protección familiar era primordial. Los más aventurados, también con el fin de la protección familiar, se alistaron a las armas; siempre admirados, siempre queridos por las mujeres, que despertaban las pasiones más ancestrales en base a la protección natural de la especie.
Para llegar a la psique regiomontana, hay que transitar por una serie de sucesos históricos, geográficos, tecnológicos y sociales, donde tan solo la llegada de la maquina a vapor, sería uno de los detonantes.
El valor de la familia, se acrecentó por aquella campiña ganadera donde la supervivencia era primordial.
Es el siglo XVIII, Monterrey solo funge como capital. Tras la fundación de Linares, la región de Nuevo Santander (Tamaulipas) es conquistada por los españoles, eso repercute en el flujo de mercancías, donde jugarían un papel importante los nativos trasladados a los diversos asentamientos del reino, como lo es Guadalupe y Bustamante, mismos, que fungen también como pacifistas para los nativos rebeldes.
En esa época Linares se erige como ciudad por su importancia, además, en el mismo año en que se erige como tal, se crea el Obispado de Linares en 1777. Fue en ese tiempo, que Linares se convirtió en el mayor productor de caña de azúcar en el norte de México.
Mientras aminoraban los nativos rebeldes, las haciendas perduraron alrededor de Monterrey, acrecentándose a distancia cada vez más del Valle de Extremadura.
Es en ese periodo, donde la gastronomía norestense moderna se comienza a formar. En el centro del país, predomina la crianza de ganado menor debido a las tierras pequeñas. Las tierras amplias de la campiña del norte, hace predominar la crianza de ganado mayor. A tanto ganado mayor, se procura conservar la carne, esto con dos finalidades, una para usarla en las largas travesías de arriero de ganado, así como para no desperdiciar.
Las costumbres de los nativos de no desperdiciar, radica en la convivencia entre la comunidad, donde tras la muerte de una pieza de ganado, la idea es repartir sus carnes; Parte fundamental que en el sur, se acostumbre el consumo de borrego y no de res.
En el norte solo las comunidades se juntan por los festejos que requiere por ejemplo, alguna boda. El ganado menor no abarcaría a todos los comenzales, por lo que una res entera es cocida. Las especias crean el asado de res o puerco, que bien preparado, puede conservarse mucho tiempo. Ese guiso perdura hasta nuestros días, conocido comúnmente como asado de boda.
La falta de guisos en el norte del país, predomina básicamente por el exceso de carne. Un guiso en el sur, aminora la carne complementando su falta con las verduras.
Independientemente del mestizaje o las raíces europeas, la genética del regiomontano se mantiene básicamente por el consumo de carne. El exceso de proteína influye en la altura y en los músculos. Recordemos a los Vikingos de origen escandinavos, mismos que desarrollaron su altura por lo único que tenían de comer en las zonas golpeadas por le era glacial, la carne.
Hasta aquí, estamos sacando poco a poco las raíces de la cultura, que desencadenarían a la psique regiomontana.
Con la fundación de Linares, llego al planeta la Revolución Industrial. La Revolución traería los mayores cambios tecnológicos, económicos y sociales desde la época neolítica, que trajo la agricultura hace unos 9 mil años.
Tras reformas mercantiles locales, altos impuestos a las empresas americanas en los iunaidets, además, con la llegada del ferrocarril en 1882, comienza a forjarse la industria moderna de Monterrey.
Con la llegada de la industria a Monterrey, se requiere de mano de obra. Esta proviene de diversas regiones del norte del país: San Luis Potosí y Coahuila primordialmente.
Aquí, justamente aquí, es cuando comienza el desprecio y el racismo característico de los regiomontanos. También es aquí, donde las clases sociales se separan drásticamente.
Las familias regiomontanas aún se recrean en la campiña y en las plazas. El empresariado en primera parte inspirado en Isaac Garza, trata bien a sus trabajadores. Al tener esos privilegios, el regiomontano trabaja más a gusto que el resto del país, y crece a la par de la industria de manera personal.
Con la capitanía en la industria regia por parte del hijo de Isaac Garza, Eugenio Garza Sada, impone las políticas de su padre agregándole bienestar social. Es ahí cuando surge la época dorada de la psique regiomontana, que inmersa en el intenso trabajo, y con las tecnologías modernas de entretenimiento, se hipnotiza, no dando cabida a desordenes con índoles socialistas, donde la juventud seria parte importante debido a las influencias de la Revolución Cultural.
El constante progreso y trabajo de los regiomontanos, hicieron posible la fácil salida de diversas catástrofes y problemas económicos del país, lo que llevo a admirar el trabajo de los regiomontanos por parte del centro.
Esa admiración del resto del país, levantaron el ego regiomontano usado de mala manera hasta nuestros días.
El desprecio se acrecentó con los no nativos de Nuevo León. Ya el regiomontano se había olvidado que se había forjado por foráneos; los nativos, se habían creado una cultura aparte de quienes forjaron la industria.
Las masas ya comienzan a ser controladas por la prensa y la televisión. Tras un conflicto por el dominio de Editora El Sol, Eugenio Garza Sada veta al periódico El Norte, quitándole todos los patrocinios del empresariado. Es ahí cuando la Editora comienza a anunciar el comercio de McAllen, lo cual da inicio a la cultura americana muy marcada en los regiomontanos.
Ya hemos hablado en estas series sobre la música regiomontana, con sus influencias checoslovacas, y que acrecentó su popularidad tras la llegada del narco a la región citrícola. Si, la misma región que alguna vez fue paso de comercio entre la Nueva Santander y Monterrey, Linares Nuevo León.
Aquí tenemos dos costumbres muy marcadas y hermanadas, una reciente como lo es la música, y una antigua como lo es la gastronomía.
Tenemos ya la música, la gastronomía, el egocentrismo por las nubes, así como la influencia americana, como pilares de la psique moderna, mas no está aún refinada.
Con la llegada del futbol, se viene la mercadotecnia de vanguardia con las empresas dueñas de las franquicias. ABACO Grupo Financiero, se convierte en el primer patrocinador en una playera de un equipo de futbol mexicano; Jersey si queremos agringarnos un poco más.
Con la llegada de los patrocinadores, surge mayor audiencia, llegando a acaparar la taquilla total del estadio por adelantado.
Las pasiones se desbordan debido a varios factores, principalmente de mercadotecnia y de aceptación.
La imagen del regio superior al resto del país, se impone. Dentro de esa imagen superior y con el ego marcado en la gran mayoría de la población, surgen lo grupos sociales.
Si bien antes solamente la sociedad convivía en las plazas públicas y campiña, ahora surgen grupos enmarcados por gustos en común. Eso también sucede en el futbol. En la música, se dividen las culturas gruperas y rockeras. Posteriormente, se fusionan creándose nuevas corrientes sociales estándar, donde el Ska forma parte de una de ellas para darnos una idea.
El regio evoluciona mentalmente poco a poco debido a las influencias extranjeras; hablando musicalmente.
Tras la llegada de la violencia, el regio comienza a avergonzarse de su ciudad. La costumbre de la “buena vida laboral”, los malcría para la nula exigencia. Es debido a ello que los gobernantes se llenan de poder y avaricia.
Ahora tenemos al regio multifacético musicalmente, orgulloso de su comida sin muchos sabores, influenciados por los iunaidets, su ego elevado y por si fuera poco, apáticos.
La apatía es aplicada a todo lo que suceda a su alrededor, siempre y cuando no esté en su círculo social inmediato. Es ahí cuando surge el fanatismo en el futbol para no estar fuera de la moda.
Surge una nueva esperanza en la política local, la cual influye a nivel nacional. Esta como es “social”, se topa con un frente que no tenía previsto, la psique regiomontana.
La imagen pudiente del regio se ve opacada por las crisis económicas, pero como es regio, voltea a la cara a un lado. Así sucede con el resto de los problemas, lo que nos lleva a la contaminación desmedida de la metrópoli.
Con el apaciguamiento del Crimen Organizado, se dispara la violencia de la ciudad, principalmente, porque agoniza sin saberlo.
Los que se sienten más regios, devoran el mayor orgullo de la metrópoli, sus montañas. El círculo vicioso esta implementado no teniendo fin…
La psique regiomontana, sería el peor enemigo para el progreso, el bienestar social e incluso, la supervivencia.
Monterrey, el origen natural de las cosas. La psique regiomontana.
No existe mayor regio, que el que conoce su realidad. Crónicas de un regio, marzo 2016.
Dedicada con cariño y en el mayor de los respetos, a la Lic. Liliana Flores Benavides.